Que escribiría Neal Stephenson en 1999 y después todo "lo demás".
Entre "lo demás", en 2006, se lanzó Twitter, la que fuera -si es que lo fue- el ágora digital en el que se reflejaron los movimientos de protesta social y política entre los años 2009 y 2011 en diferentes países y continentes, a la vez que se constituía como la plataforma de comunicación institucional y periodística por excelencia, no tanto por el número de usuarios que la poblaban sino por la "importancia" que recibían, por parte de los medios de prensa y corporativos, sus mensajes, declaraciones, proclamas y debates que allí se producían.
Pero en Octubre de 2022 por la módica cantidad de 44.000 millones de dólares, la compañía Twitter cambió de propietarios. Elon Musk avalado por diferentes inversores internacionales adquirieron la que se había convertido en icónica red social que marcaba el pulso de la vida en una gran parte del planeta. Éste no fue el único cambio, del logo del pájaro se pasó a la X, y de la marca Twitter a la marca X. Lo demás es prácticamente ua anécdota. Con la ayuda o no de X, a partir de enero de este año, Elon Musk se ha convertido en la figura más relevante y poderosa del gobierno de los Estados Unidos junto con el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.